Para
celebrar el hecho de que se busca declarar el 24 de Junio como el día oficial del platillo volador, hablemos
pues de la vida en el universo.
En
realidad el caso es que un ufólogo (estudioso de los UFOs) decidió que por
no sé que razón extraña había que celebrar el día en que se avistó un primer
platillo volador ever. Ok, whatever.
De
todas formas, por pura coincidencia y antes de leer ayer la noticia del
ovnicientífico con la brillante idea de buscar otra excusa para celebrar, acabo
de terminar un libro con un tema relacionado así que será interesante dedicarle
este post.
Para
muchos, la vida extra-terrestre les evoca una imagen de seres alargados, con
cabezas grandes ovaladas y verdes, con ojos de mosca y pistolas de láser. Otros
piensan en Chubaca y Yoda. Otros quizás en suits de licra y orejitas
puntiagudas a lo Star Trek o en monstruos a lo Men in Black. Habrá quien se me vayan más allá a lo black and white con el Twilight Zone, y War of
The Wolrds, el de Orson Wells, no el de Tom Cruise.
Cualquiera
que sea la imagen que se les meta entre los cuajos, la realidad es que todos
hemos sido expuestos a pensar que no estamos solos en el universo. Thanks
Hollywood!
Algunos
lo toman con pinzas, otros lo consideran cosas del diablo. Y el otro extremo se
prepara para que los vengan a buscar en naves cuando el mundo se acabe. Como
todos los temas, cada loco con el suyo y como quiera que se coma su soruyo.
A mi me
da un poco lo mismo. Lo que si me parece egoísta es pensar que somos el único
planeta civilizado en las galaxias, talk about mirarse el ombligo: Worldwide
Edition.
Al
menos un par de plantas locas o bacterias mutadas ha de haber en algún sitio.
¡Hello! Que aburrido sería si no fuese así. Pero relax, que tampoco me van a
ver con una T-shirt the “I love Ovnis”. ¡Jamásmente lo pensaron!
El caso
es que recién terminé de re-leer “Ami: el niño de las estrellas”, el libro más
conocido del escritor chileno Enrrique Barrios. Yo leí este libro cuando
pequeña pues mi mamá es como que fan de Ami y tanto me lo metió por ojo, nariz
y boca que lo leí. Por un piquiña extraña, en estos días quise re leerlo.
Después de todo mi primer tatuaje, un corazón alado, está basado en las
enseñanzas de este libro. Y es que este símbolo significa “el amor elevado,
libre y despegado”. Y con calma que no me faltan tres tornillos, aunque tenga
la herencia no la cultivo.
Más
allá de los platillos voladores que se puedan celebrar hoy, o lo que diga el
ufólogo ese o whatever, este libro, que está “escrito para niños pues los
adultos no entenderían de estas cosas”,
relata la historia de Pedrito, un niño de la tierra que es visitado por
Ami, un niño de las estrellas.
Hasta
ahí la cuestión es bastante simple, y en efecto un cuento para niños. Lo que
hace el libro una bofetada a cualquier adulto son las enseñanzas que en él se
relatan pues resulta que nuestro mundo es uno incivilizado al que le falta amor
para evolucionar. Dice Ami que “el amor es una fuerza, una vibración, una
energía. Si el nivel de amor de un mundo es bajo, hay infelicidad colectiva,
odio, violencia, división, guerras y… con un nivel peligrosamente alto de
capacidad destructiva.” Sounds familiar?
Y antes
de que me puedan hacer una mueca de “What The Fuck is Wrong With You?”, piénsenlo.
Vivimos
en un planeta lleno de intolerancia, donde se le cortan los clítoris a las
mujeres para que no sientan placer, donde se roban a los niños para enseñarle a
matar, donde se es capaz de morir explotado en pedazos por un dios, donde los
niños son sodomizados en las iglesias, donde se vale probar armas nucleares con
gente de verdad, donde la guerra es un pretexto para el dinero y no para la
paz. Habitamos un globo azul y verde donde no se ven divisiones desde lo alto,
sin embargo levantamos barreras y murallas pendejas por etnofobias y no sé que
otra estupidez. En nuestro mundo se mueren personas cada minuto de hambre, mientras
otros festejan con champán y fresas un nuevo centro comercial. En nuestro
planeta vale más un dólar que un beso. Si eso no es falta de amor, ¿qué es?
Pero
según Ami, no es nuestra culpa. “No son las personas las malas, sino los viejos
sistemas que usan para organizarse. La gente ha evolucionado, los sistemas han
quedado atrasados. Malos sistemas hacen sufrir a las personas, las van
volviendo infelices, y al final las llevan a cometer errores. Pero un buen
sistema de organización mundial es capaz de transformar a los malos en buenos.”
Tell that to our goverments, pffft.
Mi
punto es que si tiene que venir un niño de las estrellas a decirnos que estamos
fucked up, so be it. Tiene toda la razón.
Sea
cual sea nuestro destino, queramos celebrar hoy platillos voladores, ovnis,
monstruos o lo que sea, más allá de los debates pendejos de la vida inteligente
en otros planetas, pensemos primero qué tan inteligentes somos realmente
nosotros.
¿Cuál
es el miedo con el fin del mundo de los mayas si cada vez que empezamos una
guerra estamos cucando el fin del mundo nosotros mismos?
Anyways, si
logramos sobrevivir las estupideces nucleares, producto de los problemas de ego
en los gobiernos, si de verdad logramos superar nuestro mundo de prisa, dinero,
trabajo y ciencia en el que vivimos, tomemos al menos un consejo de nuestro
amigo Ami: “Procura poner atención a todo lo que la vida te brinda… La
maravilla se encuentra a cada instante… intenta salir, percibir, en lugar de
pensar. El sentido profundo de la vida se encuentra más allá del pensamiento”
*Si
alguien, con su niño interior en full power, desea echarle un vistazo al libro
completo de Ami (and everyone should) aquí está el PDF para lectura gratuita.
Para verlo oprime aquí. Enjoy!
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