miércoles, 9 de noviembre de 2016

Dios, por favor, salva al nuevo Rey



Dios, por favor, salva al nuevo “Rey”

Seré breve, dentro de lo que mi mente me permita. Ya conocido los resultados de estas elecciones en nuestro País, hay poco que decir. Los votos reflejan el sentir del pueblo, de una mayoría que aunque algunos no lo queramos aceptar, existe. Estos resultados son un reflejo de lo que queda de País, de lo que piensan “los más”, o de lo que quizás no piensan y la realidad es que se dejaron llevar por tradiciones y pasiones de palmas, pavas y rajones de papeletas.

Hay una canción que me viene a la mente del dúo cubano Buena Fe, y la citaré en este escrito en varias ocasiones. En lo primero que reflexiono es en un verso que dice:
“Ya sé que la anarquía es libertad podrida
y esbeltas democracias como los bonsai,
que hay dictaduras maquilladas de poesías,
que la tristeza va drogada de alegría,
y en las revoluciones... tiempos que esperar.”

Creo que me quita de los labios, de manera muy poética, lo quisiera decir con este texto que hoy escribo y que me da tanto trabajo organizar en mi cabeza. En efecto, la anarquía no resolverá nada y para la revolución hay que esperar, esperar a que despierte el pueblo, ese pueblo que votó.

También la tristeza de nuestro pueblo se drogó en estos pasados meses, con fanatismos y alegrías momentáneas de banderas, caravanas y esperanzas de que tal o cual candidato ganaría. Como ya se ha comentado antes, en Puerto Rico la política es casi o definitivamente el deporte nacional. Sintonizamos los debates, vemos los videos y le gritamos al televisor o publicamos las incidencias en Facebook tal cual estuviéramos viendo una pelea de Cotto o un juego mundial de béisbol.

Unos le van a un equipo, otros le van a otro, hay quien les importa un carajo y por supuesto el que le va a un equipo que sabe que no ganará, como fue la historia de los Cubs hasta este año. Los fanáticos de verdad los apoyaron año tras año a sabiendas que otra pela probablemente sería el resultado. Pero los de verdad no se quitaron y este año recibieron la gran sorpresa de una victoria en no sé cuántos años, creo que 71. Quizás eso pase con los partidos minoritarios en algún momento, tanto dará la gota sobre la piedra que eventualmente puede que cave un hoyo.

Volviendo a nuestro nuevo gobernador, quisiera resaltar la línea de la canción sobre las dictaduras. Incluso me tomaré la libertad de parafrasear también a Antígona Pérez: "poesía, claro que poesía"… si tenemos un gobierno azul que tendrá las manos atadas con las sogas del imperio que nos amarró la pesada PROMESA que nos han hecho. Entonces nosotros sí vivimos en una dictadura maquillada de poesía, la poesía de la “esbelta democracia como los bonsai”. Pensamos que el pueblo votó, que el pueblo decidió… ¿decidió qué? Una cara, un nombre, un color, una ideología… que no servirá de nada.

Que pesado este escrito, que pesimista. Pero es que no puedo evitarlo, me ha golpeado la noticia del nuevo presidente gringo, incluso más que la de aquí. Confieso que había comenzado a escribir esto hace unos días, antes de que pasaran las elecciones. Había hecho un borrador pensando que Hillary ganaría. Y me encuentro ahora re escribiendo todo un párrafo... incrédula. Había escrito todo un halago de cómo los "iunited steits" se había apuntado otra victoria eligiendo a una mujer, como la de haber elegido un presidente negro dos veces. Pero no, lo acabo de borrar todo. Finalmente Estados Unidos tiene su "America great again", eso es lo que querían, ahí lo tienen: un presidente misógino, racista, imbécil e impredecible. Ahí está su "commander and chief", un tipo que lo único que conoce es la banca rota y que cambiará a la nación más poderosa del mundo. ¿Cómo? Eso está por verse, pero no auguro nada bueno.

Lo más irónico es que el nuevo Gobernador de Puerto Rico está listo con su cartapacio debajo del brazo para montarse en el avión e ir a pedirle a Trump la estadidad. Y lo que va a recibir es un "you're fired!" Quizás es muy prematuro, pero probablemente seamos la generación que vea a Puerto Rico finalmente libre. No como Albizu, Hostos, Lolita ni muchos más lo imaginaron. No con la lucha patriótica, pero con la estupidez humana.

Todo eso estaría muy bien pero me sigue preocupando lo que pasó. ¿Dónde están las minorías, las mujeres, los indios, los negros, los gays, los latinos? ¿Dónde están los que eligieron a Obama? ¿O es que este reguero de hillbillies estaba en sus madrigueras y ahora salieron a votar por quien les prometió una América blanca? Ay Hitler, ¿porqué tenías que reencarnar en un morón?

¿Y los puertorriqueños votaron? Aquí o allá, votaron (espero). Al menos eso estuve viendo en las redes. Y la verdad hay más puertorriqueños allá que acá porque los estatus que he leído últimamente de mis “amigos” en “feisbuk” tienen que ver con alguien que se fue del País o incluso que ellos mismos ya no viven en la Isla. No tengo miles de “frens”, pero para mi eso es una muestra de la nueva realidad. Ya todos o casi todos vivimos con gente en "la otra orilla” (otra canción de Buena Fe, curioso el parecido ahora con Cuba, ¿no?). Ya no es el vaso el que está medio vacío, es la Isla la que se vació. Y aquí seguimos viviendo como los árboles, fuertes, sí, pero estancados, enterrados, quietos, silentes… esperando. Y como dice la canción que inspira este escrito, “vivir como los árboles, creo que no es vivir.”

Aunque no logro aún digerir los resultados en los "Ejtados Unidos", mientras más lo pienso, no me extraña ni me mueve quien ganó o dejó de ganar aquí en Puerto Rico. Yo estaba ya “redi” pa’ lo que viniera. Más por la realidad de la Junta que nada. Y esto es lo que hay. No es resignación, es la realidad y hay que mirarla a la cara. ¿Revolución? Vamos, apúnteme. Yo sigo aquí con mis pequeñas revoluciones hasta donde me lo permite la vida. Con mi voto me siento tranquila, voté por candidatos que reflejan mis preocupaciones y pareceres. No voté por estatus, voté por propuestas. Y por eso, con mi decisión de por quienes voté me siento “libre, libre, como el pensamiento impredecible… libre, libre, lo menos manipulable posible”. (cito nuevamente otra de las tan brillantes letras de este grupo)

Ya, se me agotaron las palabras. Así que terminaré con la misma canción inicial que recoge mi sentir y con una plegaria al cielo para que ilumine al nuevo Rey aquí en la Isla, y al nuevo Rey de la otra orilla:

“Qué difícil quitar o poner
o lavar o manchar
donde ha pintado el tiempo.
Más ateo que el sol
me pertrecho de amor
y grito con mi esfuerzo:

Dios, por favor, SALVE AL REY,
de olvidarse de aquel que le miente.
Por favor, salve al rey,
de callarle la boca a la gente.
Que al descuido de un olvido sin razón,
van heridas en las almas
toda una generación.

Yo pido, Dios, por favor, salve al rey,
que de iguales, somos diferentes
Dios, por favor, salve al rey
que en sus manos va vida y va muerte
y tras ella tanta gente quedará
suplicándote lo mismo sobre el rey que venga atrás
Y el otro y el otro y el otro... que venga atrás"

Aquí toda la canción "Salve al Rey" de Buena Fe