miércoles, 9 de noviembre de 2016

Dios, por favor, salva al nuevo Rey



Dios, por favor, salva al nuevo “Rey”

Seré breve, dentro de lo que mi mente me permita. Ya conocido los resultados de estas elecciones en nuestro País, hay poco que decir. Los votos reflejan el sentir del pueblo, de una mayoría que aunque algunos no lo queramos aceptar, existe. Estos resultados son un reflejo de lo que queda de País, de lo que piensan “los más”, o de lo que quizás no piensan y la realidad es que se dejaron llevar por tradiciones y pasiones de palmas, pavas y rajones de papeletas.

Hay una canción que me viene a la mente del dúo cubano Buena Fe, y la citaré en este escrito en varias ocasiones. En lo primero que reflexiono es en un verso que dice:
“Ya sé que la anarquía es libertad podrida
y esbeltas democracias como los bonsai,
que hay dictaduras maquilladas de poesías,
que la tristeza va drogada de alegría,
y en las revoluciones... tiempos que esperar.”

Creo que me quita de los labios, de manera muy poética, lo quisiera decir con este texto que hoy escribo y que me da tanto trabajo organizar en mi cabeza. En efecto, la anarquía no resolverá nada y para la revolución hay que esperar, esperar a que despierte el pueblo, ese pueblo que votó.

También la tristeza de nuestro pueblo se drogó en estos pasados meses, con fanatismos y alegrías momentáneas de banderas, caravanas y esperanzas de que tal o cual candidato ganaría. Como ya se ha comentado antes, en Puerto Rico la política es casi o definitivamente el deporte nacional. Sintonizamos los debates, vemos los videos y le gritamos al televisor o publicamos las incidencias en Facebook tal cual estuviéramos viendo una pelea de Cotto o un juego mundial de béisbol.

Unos le van a un equipo, otros le van a otro, hay quien les importa un carajo y por supuesto el que le va a un equipo que sabe que no ganará, como fue la historia de los Cubs hasta este año. Los fanáticos de verdad los apoyaron año tras año a sabiendas que otra pela probablemente sería el resultado. Pero los de verdad no se quitaron y este año recibieron la gran sorpresa de una victoria en no sé cuántos años, creo que 71. Quizás eso pase con los partidos minoritarios en algún momento, tanto dará la gota sobre la piedra que eventualmente puede que cave un hoyo.

Volviendo a nuestro nuevo gobernador, quisiera resaltar la línea de la canción sobre las dictaduras. Incluso me tomaré la libertad de parafrasear también a Antígona Pérez: "poesía, claro que poesía"… si tenemos un gobierno azul que tendrá las manos atadas con las sogas del imperio que nos amarró la pesada PROMESA que nos han hecho. Entonces nosotros sí vivimos en una dictadura maquillada de poesía, la poesía de la “esbelta democracia como los bonsai”. Pensamos que el pueblo votó, que el pueblo decidió… ¿decidió qué? Una cara, un nombre, un color, una ideología… que no servirá de nada.

Que pesado este escrito, que pesimista. Pero es que no puedo evitarlo, me ha golpeado la noticia del nuevo presidente gringo, incluso más que la de aquí. Confieso que había comenzado a escribir esto hace unos días, antes de que pasaran las elecciones. Había hecho un borrador pensando que Hillary ganaría. Y me encuentro ahora re escribiendo todo un párrafo... incrédula. Había escrito todo un halago de cómo los "iunited steits" se había apuntado otra victoria eligiendo a una mujer, como la de haber elegido un presidente negro dos veces. Pero no, lo acabo de borrar todo. Finalmente Estados Unidos tiene su "America great again", eso es lo que querían, ahí lo tienen: un presidente misógino, racista, imbécil e impredecible. Ahí está su "commander and chief", un tipo que lo único que conoce es la banca rota y que cambiará a la nación más poderosa del mundo. ¿Cómo? Eso está por verse, pero no auguro nada bueno.

Lo más irónico es que el nuevo Gobernador de Puerto Rico está listo con su cartapacio debajo del brazo para montarse en el avión e ir a pedirle a Trump la estadidad. Y lo que va a recibir es un "you're fired!" Quizás es muy prematuro, pero probablemente seamos la generación que vea a Puerto Rico finalmente libre. No como Albizu, Hostos, Lolita ni muchos más lo imaginaron. No con la lucha patriótica, pero con la estupidez humana.

Todo eso estaría muy bien pero me sigue preocupando lo que pasó. ¿Dónde están las minorías, las mujeres, los indios, los negros, los gays, los latinos? ¿Dónde están los que eligieron a Obama? ¿O es que este reguero de hillbillies estaba en sus madrigueras y ahora salieron a votar por quien les prometió una América blanca? Ay Hitler, ¿porqué tenías que reencarnar en un morón?

¿Y los puertorriqueños votaron? Aquí o allá, votaron (espero). Al menos eso estuve viendo en las redes. Y la verdad hay más puertorriqueños allá que acá porque los estatus que he leído últimamente de mis “amigos” en “feisbuk” tienen que ver con alguien que se fue del País o incluso que ellos mismos ya no viven en la Isla. No tengo miles de “frens”, pero para mi eso es una muestra de la nueva realidad. Ya todos o casi todos vivimos con gente en "la otra orilla” (otra canción de Buena Fe, curioso el parecido ahora con Cuba, ¿no?). Ya no es el vaso el que está medio vacío, es la Isla la que se vació. Y aquí seguimos viviendo como los árboles, fuertes, sí, pero estancados, enterrados, quietos, silentes… esperando. Y como dice la canción que inspira este escrito, “vivir como los árboles, creo que no es vivir.”

Aunque no logro aún digerir los resultados en los "Ejtados Unidos", mientras más lo pienso, no me extraña ni me mueve quien ganó o dejó de ganar aquí en Puerto Rico. Yo estaba ya “redi” pa’ lo que viniera. Más por la realidad de la Junta que nada. Y esto es lo que hay. No es resignación, es la realidad y hay que mirarla a la cara. ¿Revolución? Vamos, apúnteme. Yo sigo aquí con mis pequeñas revoluciones hasta donde me lo permite la vida. Con mi voto me siento tranquila, voté por candidatos que reflejan mis preocupaciones y pareceres. No voté por estatus, voté por propuestas. Y por eso, con mi decisión de por quienes voté me siento “libre, libre, como el pensamiento impredecible… libre, libre, lo menos manipulable posible”. (cito nuevamente otra de las tan brillantes letras de este grupo)

Ya, se me agotaron las palabras. Así que terminaré con la misma canción inicial que recoge mi sentir y con una plegaria al cielo para que ilumine al nuevo Rey aquí en la Isla, y al nuevo Rey de la otra orilla:

“Qué difícil quitar o poner
o lavar o manchar
donde ha pintado el tiempo.
Más ateo que el sol
me pertrecho de amor
y grito con mi esfuerzo:

Dios, por favor, SALVE AL REY,
de olvidarse de aquel que le miente.
Por favor, salve al rey,
de callarle la boca a la gente.
Que al descuido de un olvido sin razón,
van heridas en las almas
toda una generación.

Yo pido, Dios, por favor, salve al rey,
que de iguales, somos diferentes
Dios, por favor, salve al rey
que en sus manos va vida y va muerte
y tras ella tanta gente quedará
suplicándote lo mismo sobre el rey que venga atrás
Y el otro y el otro y el otro... que venga atrás"

Aquí toda la canción "Salve al Rey" de Buena Fe

domingo, 11 de septiembre de 2016

“Jalta” y “preocupá” por la Junta




“Jalta” y “preocupá” por la Junta


Hablemos de la Junta en arroz, habichuela, pollo asao’ y aguacate.

Me preocupa de sobremanera que estando en pleno momento en que la Junta de Control Fiscal comienza a operar, he estado hablado con varias personas que aún están incrédulas y me preguntan “¿pero eso va de verdad”?... Ehhh, no sólo va, ya vino y ya llegó.

Y ¿porqué me preocupa que la gente aún no cae en cuenta de que algo esta pasando aquí y de que no están muy claros de lo que es este “promise” que nos ha hecho el Gobierno Federal? Ante el peligro y lo desconocido tenemos que informarnos. De otro modo, continuaremos sentados viendo las noticias como si estuviéramos viendo visuales del Tercer Mundo cuando realmente estamos viendo a Puerto Rico. Enajenados. Así no se puede “people.”

Y no me gusta que cuando le explico a la gente sobre PROMESA veo el brillo borrarse de sus ojos y hasta me dicen "dialo, que bajón. Yo me quiero ir pa' mi casa y no hacer na'". Pero tenemos que saber, la opción no puede ser la ignorancia. Ignorance is NOT bliss. Por lo menos yo no lo creo. 

Aclaremos lo más importante, PROMESA es un acrónimo de “Puerto Rico’s Oversight Managment Economic Stability Act”.

Entonces mi primera duda, si un organismo de poder como PROMESA, que “promete” manejar y estabilizar, llega a un país a asumir responsabilidades y la toma de decisiones medulares remplazando de alguna manera la autonomía y poder del Gobierno actual… ¿no es esto un tipo de “Golpe de Estado”?

Y si es un Golpe de Estado, ¿porqué la gente no está más indignada? Y no me refiero al campamento de la Chardón ni el día de la barricada y el “pepper spray”, que es un buen esfuerzo independientemente de los señalamientos que le han hecho. Me refiero a una indignación masiva como País, como cuando cientos de personas ocupamos la avenida Piñero y nos sentamos en el pavimento en acto de desobediencia cuando la huelga de la UPI. Pero por el momento sólo protestan un grupito de “subversivos” porque aparentemente, si me dejo llevar por la gente con la que he hablado, la mayoría del pueblo no tiene ni la más mínima idea del alcance de este organismo ni de la Ley que lo creó. Y pues, no se pueden indignar por algo que no conocen y no entienden. Y ahí viene la inercia social.

La mayoría de la gente aún tiene dudas sobre este tema pese a los esfuerzos de la prensa, comentaristas, comunicadores y los blogueros de hacer “breakdowns” y ruido sobre el tema para explicarlo de 8 mil maneras distintas. Pero la verdad, es un tema denso, está hecho como para confundir. Y no es menos cierto que el vocabulario que se usa en mucha de esta cobertura mediática es uno ambiguo y más confuso aún. Por ejemplo, dicen que la Junta va a “recomendar” esto y aquello. “Recomendar”. Y uno dice, “a bueno pues cool, nos van a orientar y recomendar soluciones para el meollo”. Pero luego más abajo te espetan el detallito de que si el Gobierno no cumple con las “recomendaciones” viene el debacle Universal. Y esto confunde, tienen toda la razón.

Pero también hay muchas personas con las que me he encontrado y de otras que me han contado que están de acuerdo con la Junta. Porque la línea de pensamiento es “bueno que nos pase” porque nosotros mismos nos metimos en este revulú eligiendo a políticos corruptos. Y piensan “pues mejor que vengan otros a arreglarlo porque evidentemente nosotros lo que hacemos es empeorarlo cada cuatro años”.

Quizás me vería tentada por satanás a estar de acuerdo con este razonamiento. Y digo quizás porque para yo caer de ese lado de la hamaca tendría que haber una Junta diversa, inclusiva y representada por todos los sectores que velan por el desarrollo económico del País. No sólo economistas y banqueros. Que eso está “nice” porque el problema es de “chavos” pero la economía de un país se puede levantar de otras formas, no sólo cortando de aquí y de allá. Tampoco estoy de acuerdo en este poder “omnipotente” que le han dado a estas 7 personas ni la inmunidad que tienen.  Y mucho menos que haya sido impuesta por los gringos que no tienen ni la más mínima idea de cómo se bate el cobre en Borinquen bella. Y el escritor Eduardo Lalo lo explicó muy bien en un mensaje que dio hace poco; “no se puede confundir la cuenta bancaria personal con el desarrollo de una sociedad”. No, not, nee, não, niet, nein… qué se yo, el punto es que NO, no se puede, en el idioma que quieran.

Además, y esto es lo más que me ronca los ovarios, ¿Cómo es posible que como parte de la “Junta Milagrosa” se encuentren responsables de parte de la deuda misma. ¡Y encima, le dan inmunidad! “Oh beibi yizus…!!!!!!” Y no es sólo uno, ya pronto le seguirán sacando trapos sucios a los demás. Porque estarán inmunes ante la ley pero el Internet es chota y nadie se escapa. Hasta la Matosantos se fue enredá’ con su foto del DUI. Porque este modelo de Junta lo han hecho en otros Estados, pero con estas joyitas que nos pusieron, Obama botó la bola fuera del paqrue. Es más, la bola llegó a Júpiter.

En estos días estuve en la Convención del Colegio de Abogados cuando el juez federal, Juan R. Torruella, de tendencia anexionista, catalogó a la Junta de superflua, irrelevante y que “representa el acto mas denigrante despectivo y anticolonial que se haya visto en toda nuestra relación con Estados Unidos”. Y para que mi quijada cayera más cerca al piso, instó a crear un movimiento de resistencia civil.

Para que un pro-pecosa incite a la resistencia en contra de una ley impuesta por los gringos, la olla de grillo explotó como bomba nuclear y se acerca el apocalipsis. Y así mismo es mi gente, esto es denigrante. Aunque piensen que nos lo merecemos por “votamos por los mismos”, ningún país se merece ser manoseado por extraños. Además, el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Todos los países son pecadores y peor, son los primeros en tirarle peñones a los demás.

Aquí nos están tratando como el adolescente rebelde e irresponsable que le roba los chavos de la cartera a la mai’ y lo mandan para un reformatorio. Y saben qué, eso mismo hemos sido. Perate, hemos no, pal carajo, yo no voy a seguir asumiendo una culpa que no es mía. Yo no vendí bonos, ni trukié contratos ni vivo con escoltas pagadas por ti. Negativo. Esta deuda no es mía. Mis deudas son las tarjetas de Rooms to Go y de Mueblerías Berríos. Ya. Esto de la junta me tiene preocupá, sí, pero me tiene “jalta”, “cansá”. Esto es un bollete y un dolor de cabeza. Y lo peor es que estamos pagando justos por pecadores.

Es como dijo Eduardo Lalo: “no vale decir que esto es lo que quieren los puertorriqueños porque la decisión no es y nunca ha sido nuestra”.

miércoles, 31 de agosto de 2016

Tanta queja cansa


Tanta queja cansa

“Dale Juana con la matraca”. Ese es el dicho que me viene a la mente en estos días. Vivimos entre queja y queja TODOS LOS DÍAS. Y muchas veces ni nos damos cuenta porque ya lo hacemos en piloto automático. Quejarse ya es como lavarse los dientes. Yo misma me he agarrado quejándome hasta cansar. Es más, este escrito completo será una descarga y una queja. Que si la cosa está mala, que si el país está jodío, que si el gobierno es corrupto, que si pa’qui, que si pa’lla. Y la verdad, ya estoy hasta la zereta (y no tengo idea de cómo se escribe esa palabra.)

Y no es menos cierto que cada día el País y la vida me patean el trasero, lo que me da pie y motivos de queja. La última fue que me robaron la cartera y el celular. Literalmente metieron la mano en mi cartera y sacaron mi “wallet” y mi celular. En el supermercado. A las 10:00am. Si, así como lo leen. Esa era la gota que me faltaba para colmar la puñetera copa, llena de tantos encojonamientos y malos ratos que se pasa en estos tiempos, en este País.

Y permítame hacer dos aclaraciones. En este escrito encontrarán palabras directas porque traté de pensar en alternativas intelectuales pero no hay otra forma más clara de decir: “esto está cabrón”. Y también quiero hacer hincapié en que soy consiente que, en general, en el Caribe el quejarse es común. Conozco bastante bien a Cuba y a Dominicana y se quejan igual. Pero dado a que Puerto Rico es mi país y donde vivo actualmente, me concentraré en esta Antilla Mayor.

En estos días, haciendo gestiones para recuperar mis tarjetas robadas me di cuenta de todo lo que nos quejamos. Me tuve que chupar horas de filas con gente quejándose. Y la verdad no es fácil. Me tomó tres días sacar mi licencia porque tuve que hacer tantas filas y me mandaron para tantos lados que no era, que el proceso fue eterno. ¿Quién no se queja cuando va a un CESCO? ¿O a Hacienda? Hello, obvio que van a llover las quejas. Colectivamente nos quejamos tanto que podemos tapar una tubería como la que se atascó de condones en la Villa Centroamericana en Mayagüez 2010.  Y si no vieron esa portada del periódico, son demasiado jóvenes para leer esto. 

¿Y cuál es la alternativa a la queja? ¿“Yo no me quito”? I don’t think so. En este caso el “reverse psychology” no funciona conmigo. No es que no quiera ser positiva o ver el vaso medio lleno en vez de medio vacío. Es que mi vaso lo que pide es un Malibú con china pa’ bajar el estrés. No podemos seguir viviendo la mentira. Alguna vez fuimos la “Isla del Encanto”… alguna vez. Ya siento que eso no es real. No me tomen a mal, yo amo Puerto Rico. Para mi, esta es mi patria, mi isla, mi todo, mi primer amor. Adoro mi bandera, el calor, las montañas, las palmas, el cielo azul... Pero me ahoga el pensar que nos van a imponer una Junta que decidirá el destino de la Isla, sea o no encantadora. Eso es como si te mandaran a rehabilitación y te asignaran un tutor que tome las decisiones por ti. No es mucho más que eso mismo. Y como bien lo dijo la oficial que está investigando el caso de mi cartera: "Ya esto es mucho con demasiao'".

Creo que sufrimos el síndrome de la mujer maltratada. Mientras más nos jode el país, los políticos y la burocracia, más decimos “él va a cambiar”, “él no es así”, “fue mi culpa”, “es que no puedo vivir sin él”… Ay mira “polfavol”. Al pan, pan. Y al vino, coca cola.

Jamás pensé que iba a sentirme así. He tenido momentos en el pasado en que he pensado mudarme de País. ¿Quién no? Pero para estudios o por aventurar. No obstante, este año, cada día que pasa, lo siento más cerca. Y me duele, me duele en el alma. Porque yo no me quiero ir. Yo quiero enrollarme las mangas y meter mano. De verdad que sí. El que me conoce sabe que sí.

Pero ya no me levanto con las mismas ganas. Ya no lucho por las cosas con el mismo gusto. Y mira que yo me he jodío por este País, por la cultura, por la educación, por las comunidades… Pero ya no importa cuán positiva trato de estar, las decisiones de los “otros” en el poder van a afectar mi día, van a afectar mi humor. Entonces ando por la vida con cara larga, encojoná con el mundo.

No sé pa’ dónde irme, la verdad no he buscado todavía en Kayak.com. Pero la cruda realidad es que en este País, en estos momentos, a mi generación, la generación de jóvenes profesionales se nos niega la posibilidad de trabajo seguro, con buena paga y beneficios. Gente como yo, con preparación a nivel graduado tienen que tener cuatro part-times “to make ends meet”. Y al final del mes, ni eso da pa’ pagar las cuentas. Son pocos los que tienen la suerte de pegarse con un “guiso” fijo. Y ¿entonces? ¿Qué se supone que uno haga? ¿Aguantar los golpes “porque él no es así o él no lo quiso hacer”?

Probablemente muchos otros países estén igual o peor. Pero cuando no hay más fondo que tocar, uno empieza a buscar otras alternativas y se tira la maroma de intentarlo porque REALMENTE no tienes nada que perder.

Y por eso nos quejamos, porque ya no tenemos nada que perder pues hemos perdido hasta la esperanza. Nuestro destino cuelga en las manos de un corillo nombrados por los gringos, dos partidos locales que ya se han robado los clavos de la cruz y las joyas de la Corona; y dos perlas como candidatos a presidir el País que al final, toma las decisiones por nosotros.

Entonces, ¿cómo carajo no me voy a quejar? Y sí, me canso de la queja. Quiero cambiar de canal y no criticar tanto, no lloriquear tanto. De ponerme el cuero duro y aguantar los golpes. Pero eso cansa más.

Se avecinan unos meses para los que hay que prepararse como uno se prepara para un huracán. No hay forma de saber qué nos espera en el 2017. Mano, la verdad es que “we can’t catch a brake”.

Y mientras tanto, ¿qué nos queda? Virar la cara y poner la otra mejilla porque la que tenemos puesta ya está colora’. 

 "Stay strong people". Y si tienen que quejarse para desahogarse... hágalo, pero no llegue hasta el cansancio. Los demás no siempre tienen la culpa. 




viernes, 19 de agosto de 2016

¡Ay! del que me diga que me quité



Me provoca un meollo mental escuchar lo de #yonomequito. Estuve leyendo en la moderna enciclopedia de “gugol” y lo que hay es un “tirijala” de que si me quito o no me quito o me quité o me voy a quitar. Hay más de una decena de blogs y reseñas noticiosas con comentarios sobre el tema. No quisiera ser una bloguera más en este ring de boxeo moral porque la verdad no quiero que me caigan los “chinches”. Pero al César lo que es del César y sí quisiera compartir mi humilde opinión. 

La campaña del #yonomequito empezó temprano este año con una idea chulita de "pompiar" a la gente a echar pa’ lante. Y eso está cool, pero en 3, 2, 1, se formó la de San Quintín. Porque por alguna razón ligaron la campaña a una crítica de los que se “quitaron” porque se fueron de la Isla. A mi también me llevó la marea del debate y la desinformación y estuve indignada por un tiempo. Pero para escribir esto me estuve informando mejor, práctica que deberíamos hacer todos, y la verdad es que esa gente del #yonomequito no mencionan ni por los centros espiritistas a la gente que se ha ido de Puerto Rico. ¡En ningún sitio mi gente! Entren a sus páginas y redes, y verán. Quizás fue un mal manejo de la campaña en sus comienzos, porque la verdad esa era la impresión que daba. Pero según le van dando forma, cada vez más se aleja de esa línea.

La página oficial explica que “#‎yonomequito es la historia de muchas personas que a través de su vida han tenido que manejar situaciones y oportunidades que los definen”. He incluyen historias de vida de gente que se está superando ante la crisis, incluyendo videos de puertorriqueños en la diáspora que se están reinventando.

El que me conoce sabe que la palabra "reinventar" la tomo con cautela. Por más de un año fui la periodista responsable por la sección Puerto Rico se Reinventa de El Nuevo Día que se publicaba todos los lunes. Aquella sección comenzó en el 2009 en respuesta a  la Ley 7 y los más de 7,000 despidos bajo la administración de Fortuño. El periódico quería reseñar las historias de quienes habían perdido su empleo y se estaban reinventando en medio de la crisis. Y para adornarlo, incluíamos “flotantes”, como le decía mi editora, con herramientas para la gente como consejos para manejar las quiebras, hacer un resume, preparase para una entrevista y por ahí sigue la lista. Por eso este debate de la “quitadera” se me hace tan familiar y me llega. Porque es como un “Déjà vu”, otra crisis más donde la gente tiene que buscárselas, reinventarse, echar pa’ lante y no “quitarse”. 

Claro, hace más de 7 años no había la ola de emigración que hay ahora. Mudarse de país no era la primera alternativa. Las opciones de la gente, en aquel momento, era abrir su negocio, buscar trabajo… eso en los mejores casos, porque hubo de todo, hasta la alta incidencia de suicidios, en su mayoría hombres mayores de 40 años que perdieron su trabajo y no podían proveer a su familia. Si “my darlings”, eso pasó, busquen las estadísticas.

Entonces, aquí estamos, más de 7 años después en el mismo roto. Otra crisis, otra necesidad de buscar formas para motivar a la gente. Pero estos temas son muy delicados y tocan algunas fibras. Por ejemplo, en el blog “El Profe”, el periodista y profesor Héctor Pérez comenta sobre este debate y dice:Lo siento, pero veo este movimiento como uno de odio para el que no tiene otros recursos y quiere irse a darle lo mejor a su familia. Hagamos una mejor campaña, “yo te daré trabajo” y veremos cuantos se unen. Así veremos cómo la gente se motiva a quedarse y trabajar por su país.”

En parte, no puedo evitar coincidir con él por varias razones. Aunque la campaña haya sido diseñada con buenas intenciones, le dio tela para cortar a los “haters”, y la gente ha usado esta frase como gancho para discriminar, juzgar y meterle el dedo en la llaga a los que se han tenido que ir “por X o Y razón.” Y es que muy bien lo dijo Gabriel García Márquez: “Los puertorriqueños cuando discuten, no dicen: No estoy de acuerdo contigo sino ¡Estas completamente equivocado!” Y eso es lo que pasa con este debate del me quito o no.

Un post que me tocó, fue de un amigo que fue aceptado en una Universidad de Estados Unidos para estudiar “bussiness”. Y comentó que le habían acusado por “inbox” de haber abandonado su país en el momento más crítico. Y yo me pregunto, ¿es abandono si me voy afuera para prepárame mejor? ¿No me hace eso un mejor recurso dentro o fuera del País? ¿No me sirve eso para ayudar a mi País desde donde esté?

Mis dos mejores amigas se fueron hace varios años y por distintas razones. Una anda por Miami y la otra por Washington. A ambas les va muy bien. Son “jevas” preparadas, inteligentes, talentosas y representativas de la mujer puertorriqueña luchadora. La de Miami sale a cada rato en la prensa internacional y ¿cómo la presentan? Como la “actriz PUERTORRIQUEÑA”. Y la de Washington, ¿qué hace en su tiempo libre? Asociarse a organizaciones sin fines de lucro creadas por PUERTORRIQUEÑOS de la diáspora que se proponen crear proyectos para ayudar a Puerto Rico en áreas como la educación. Sí, “my people”, sí. No todos los puertorriqueños que se van le dan “delete” al País. Pero vamos, hay de todo y yo lo sé. No me quiero ir de un lado ni del otro.

“By the way”, si lo queremos traer a los “trending topics”, dígame, ¿dónde vive Mónica Puig? En Florida amigos, en la DIÁSPORA. Sin embargo representa a su patria más que muchos de los que supuestamente “no se quitan” y están aquí en la Isla mirando el techo y criticando el sal pa’ fuera que tenemos. Y se ganó el oro mi pana, ¿pa’ quién? Pa’ Puerto Rico. 

¿Seguimos un poquito más pa’ lla? Ricky Martin y Calle 13, ¿dónde viven? En San Sebastián del Pepino no es cariño. Viven fuera de la Isla, son de la DIÁSPORA. Y ¿saben qué? Son boricuas de pura cepa, de los que seguramente tienen que poner una musiquita con soniditos de coquí para poder dormir bien. Y los conocen hasta en la luna como puertorriqueños, sí, PUERTORRIQUEÑOS.

Y ‘perate, que no es que todo es verde al otro lado, no mijo, si yo sé que la vida en los “Ejtado Junidos” no está fácil, I know it. Y en otras partes del mundo también, porque el Norte no es la única alternativa a donde irse. La vida es cara, hay psicópatas, asesinos en serie, explotan bombas y les gusta la guerra. Eso está claro. Pero mano, el que se va, por algo es, no lo podemos juzgar. Si aquí ganan $1,000 al mes y en otro lugar $2,000 o más… pues, se van, ¿qué quieren? Muchos tienen bocas que alimentar. Otros se van para crecer profesionalmente, porque persiguen un sueño, porque van a probar suerte o porque simplemente están cansados de este revulú. Hasta yo estoy “jaltita de odio” de este estatus quo, de saber que se gastaron 25 millones de dólares en las elecciones por gusto, porque de todas formas viene una PROMESA, y no es de Reyes.

No podemos asumir frases como “pues, el que se quiera ir que se vaya, los que nos quedamos sí vamos a echar pa’ lante el País”. No, no, no compañeros, no. Eso no es así. Todos los puertorriqueños, TODOS, desde donde quiera que estén están haciendo patria a su manera, así sea de conserje en una escuela en Ohio. Y si no les va bien, pues,  regresan. Yo tengo panas que les ha pasado eso, se fueron, lo intentaron, no funcionó y aquí están de nuevo. ¿Como perdedores? No mi hermano, como luchadores resilientes, porque “donde se resbala un boricua, se escocota un mono”.

Yo no me quito, nunca me voy a quitar porque Puerto Rico es mi primer amor. Pero si llegase el día en que me tuviese que ir, por la razón que sea, nunca dejaré de tener mi mancha de plátano y ¡ay! del que me diga que me quité.