domingo, 11 de septiembre de 2016

“Jalta” y “preocupá” por la Junta




“Jalta” y “preocupá” por la Junta


Hablemos de la Junta en arroz, habichuela, pollo asao’ y aguacate.

Me preocupa de sobremanera que estando en pleno momento en que la Junta de Control Fiscal comienza a operar, he estado hablado con varias personas que aún están incrédulas y me preguntan “¿pero eso va de verdad”?... Ehhh, no sólo va, ya vino y ya llegó.

Y ¿porqué me preocupa que la gente aún no cae en cuenta de que algo esta pasando aquí y de que no están muy claros de lo que es este “promise” que nos ha hecho el Gobierno Federal? Ante el peligro y lo desconocido tenemos que informarnos. De otro modo, continuaremos sentados viendo las noticias como si estuviéramos viendo visuales del Tercer Mundo cuando realmente estamos viendo a Puerto Rico. Enajenados. Así no se puede “people.”

Y no me gusta que cuando le explico a la gente sobre PROMESA veo el brillo borrarse de sus ojos y hasta me dicen "dialo, que bajón. Yo me quiero ir pa' mi casa y no hacer na'". Pero tenemos que saber, la opción no puede ser la ignorancia. Ignorance is NOT bliss. Por lo menos yo no lo creo. 

Aclaremos lo más importante, PROMESA es un acrónimo de “Puerto Rico’s Oversight Managment Economic Stability Act”.

Entonces mi primera duda, si un organismo de poder como PROMESA, que “promete” manejar y estabilizar, llega a un país a asumir responsabilidades y la toma de decisiones medulares remplazando de alguna manera la autonomía y poder del Gobierno actual… ¿no es esto un tipo de “Golpe de Estado”?

Y si es un Golpe de Estado, ¿porqué la gente no está más indignada? Y no me refiero al campamento de la Chardón ni el día de la barricada y el “pepper spray”, que es un buen esfuerzo independientemente de los señalamientos que le han hecho. Me refiero a una indignación masiva como País, como cuando cientos de personas ocupamos la avenida Piñero y nos sentamos en el pavimento en acto de desobediencia cuando la huelga de la UPI. Pero por el momento sólo protestan un grupito de “subversivos” porque aparentemente, si me dejo llevar por la gente con la que he hablado, la mayoría del pueblo no tiene ni la más mínima idea del alcance de este organismo ni de la Ley que lo creó. Y pues, no se pueden indignar por algo que no conocen y no entienden. Y ahí viene la inercia social.

La mayoría de la gente aún tiene dudas sobre este tema pese a los esfuerzos de la prensa, comentaristas, comunicadores y los blogueros de hacer “breakdowns” y ruido sobre el tema para explicarlo de 8 mil maneras distintas. Pero la verdad, es un tema denso, está hecho como para confundir. Y no es menos cierto que el vocabulario que se usa en mucha de esta cobertura mediática es uno ambiguo y más confuso aún. Por ejemplo, dicen que la Junta va a “recomendar” esto y aquello. “Recomendar”. Y uno dice, “a bueno pues cool, nos van a orientar y recomendar soluciones para el meollo”. Pero luego más abajo te espetan el detallito de que si el Gobierno no cumple con las “recomendaciones” viene el debacle Universal. Y esto confunde, tienen toda la razón.

Pero también hay muchas personas con las que me he encontrado y de otras que me han contado que están de acuerdo con la Junta. Porque la línea de pensamiento es “bueno que nos pase” porque nosotros mismos nos metimos en este revulú eligiendo a políticos corruptos. Y piensan “pues mejor que vengan otros a arreglarlo porque evidentemente nosotros lo que hacemos es empeorarlo cada cuatro años”.

Quizás me vería tentada por satanás a estar de acuerdo con este razonamiento. Y digo quizás porque para yo caer de ese lado de la hamaca tendría que haber una Junta diversa, inclusiva y representada por todos los sectores que velan por el desarrollo económico del País. No sólo economistas y banqueros. Que eso está “nice” porque el problema es de “chavos” pero la economía de un país se puede levantar de otras formas, no sólo cortando de aquí y de allá. Tampoco estoy de acuerdo en este poder “omnipotente” que le han dado a estas 7 personas ni la inmunidad que tienen.  Y mucho menos que haya sido impuesta por los gringos que no tienen ni la más mínima idea de cómo se bate el cobre en Borinquen bella. Y el escritor Eduardo Lalo lo explicó muy bien en un mensaje que dio hace poco; “no se puede confundir la cuenta bancaria personal con el desarrollo de una sociedad”. No, not, nee, não, niet, nein… qué se yo, el punto es que NO, no se puede, en el idioma que quieran.

Además, y esto es lo más que me ronca los ovarios, ¿Cómo es posible que como parte de la “Junta Milagrosa” se encuentren responsables de parte de la deuda misma. ¡Y encima, le dan inmunidad! “Oh beibi yizus…!!!!!!” Y no es sólo uno, ya pronto le seguirán sacando trapos sucios a los demás. Porque estarán inmunes ante la ley pero el Internet es chota y nadie se escapa. Hasta la Matosantos se fue enredá’ con su foto del DUI. Porque este modelo de Junta lo han hecho en otros Estados, pero con estas joyitas que nos pusieron, Obama botó la bola fuera del paqrue. Es más, la bola llegó a Júpiter.

En estos días estuve en la Convención del Colegio de Abogados cuando el juez federal, Juan R. Torruella, de tendencia anexionista, catalogó a la Junta de superflua, irrelevante y que “representa el acto mas denigrante despectivo y anticolonial que se haya visto en toda nuestra relación con Estados Unidos”. Y para que mi quijada cayera más cerca al piso, instó a crear un movimiento de resistencia civil.

Para que un pro-pecosa incite a la resistencia en contra de una ley impuesta por los gringos, la olla de grillo explotó como bomba nuclear y se acerca el apocalipsis. Y así mismo es mi gente, esto es denigrante. Aunque piensen que nos lo merecemos por “votamos por los mismos”, ningún país se merece ser manoseado por extraños. Además, el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Todos los países son pecadores y peor, son los primeros en tirarle peñones a los demás.

Aquí nos están tratando como el adolescente rebelde e irresponsable que le roba los chavos de la cartera a la mai’ y lo mandan para un reformatorio. Y saben qué, eso mismo hemos sido. Perate, hemos no, pal carajo, yo no voy a seguir asumiendo una culpa que no es mía. Yo no vendí bonos, ni trukié contratos ni vivo con escoltas pagadas por ti. Negativo. Esta deuda no es mía. Mis deudas son las tarjetas de Rooms to Go y de Mueblerías Berríos. Ya. Esto de la junta me tiene preocupá, sí, pero me tiene “jalta”, “cansá”. Esto es un bollete y un dolor de cabeza. Y lo peor es que estamos pagando justos por pecadores.

Es como dijo Eduardo Lalo: “no vale decir que esto es lo que quieren los puertorriqueños porque la decisión no es y nunca ha sido nuestra”.