jueves, 28 de junio de 2012

El gobielno está pa’ selvirles


Esta nota mareará entre ironía, seriedad y humor para no llorar. Pero es así pues que se ha de contar, tal como suele pasar,  sin mentir ni exagerar.

Para al que de ironías vive, el pasado Mayo inicié una corporación sin fines de lucro dedicada a la producción de eventos educativos y artísticos. El tener mi compañía siempre fue un sueño y por cosas del destino no fue hasta que las circunstancias se dieron de la manera más loca posible para que así fuera.

Lo cuento como ironía pues por casi dos años dediqué mi pezcuezo a cubrir para la sección Puerto Rico se Reinventa del periódico El Nuevo Día  precisamente reseñando como levantarse, reinventarse, abrir nuevos negocios, historias de superación y consejos para pequeños empresarios, entre otras cosas. Ahora vivo en carne y hueso lo que por tanto tiempo escuché y conté con mis manos golpeando tecla tras tecla entre las pequeñas paredes de un cubículo gris.

Y el martes pasado, a un mes y medio de haber comenzado esta faena como empresaria, estuve a punto de rajarme.

Verán, este mes ha sido de gestiones, quemadas de pestañas, noches sin dormir, horas largas en agencias de gobiernos, burocracias, sellos, papelitos, papelitos y más papelitos. Pero un papelito pendejo siempre tendrá su historia en Macondo Land.

Permiso, ¿puedo?

Me hicieron pagar $100 para darme un “permiso” que dice que puedo usar mi computadora y mi escritorio para mi corporación. Ay gracias, que amable ARPE, tu siempre tan considerado. Gracias por permitirme hacer lo que siempre he hecho pero con 100 pesos menos en el bolsillo.  Este proceso, que ya está pago, se ha alargado por 3 semanas y medias, y tras llamadas, inspecciones y espera, aún no tengo el permiso. Esto por diversas folklóricas razones, entre ellas que esta oficina solo cuenta con dos inspectores para todos los negocios de San Juan.
Mis temores son las historias de amigos a quienes sus permisos de uso han tardado hasta 8 meses. Kill me now.

Y la pendejá es que sin un papel no se puede sacar otro que necesitas para sacar otro que entonces es necesario para hacer la gestión que realmente te hace falta. Fuck.

CRIMeate este

Llevo tres días de ironías también en el CRIM, culminando con una joyita esta mañana. Cuando llegué a las nueve de la madrugada y me encuentro con que “hoy no sé están haciendo nada más que certificados y se tiene que pagar en cash porque los empleados se van a huelga a las 10”. Casi colapso pues era el tercer día que intentaba sacar los papeles que necesitaba de ese sacro santo espacio. A prisa corrí a la persona de información, quien con cara de “jódete” me dijo que pasara a la oficina a ver si me atendían. Eran ya las 9:15 AM. Con voz dulce me acerqué a la única empleada que encontré.

Yo- “Permiso, era para ver…”
 Ella- “Dime rápido que ahora tenemos una reunión y estoy rush”
Yo – “Si, es que yo vine ayer porque necesito una certificación de…”
Ella – Lo que pasa es que tenemos una situación y no se está atendiendo gente después de las 10.”
Yo – “Son las nue…”
Ella – “Siéntate ahí a ver si alguno de los muchachos te atiende”


Me senté mientras la mujer rubia desapareció tras unos cubículos. En aquella sala, la misma que el día antes estaría llena de personas, sólo habíamos un señor y yo. No habían empleados, todo estaba vacío a lo película de zombies, y a lo lejos se escuchaba el murmullo de la reunión.

En menos de 2 minutos la rubia reapareció ignorando nuestra presencia y se puso a sacar algunas cosas en la impresora. “Estoy loca por salir de esto, yo no voy a atender a nadie que no sea importante”, murmuraba aún inatenta a los dos seres humanos allí sentados.

Según la rubia se regodeaba por la sala de espera me pregunté cuán cómodos serían aquellos tacones que llevaba puestos para su huelga a las 10.

Pasadas las 9:30 un doncito se apiadó de mi y aunque estuvo a punto de mandarme para mi casa sin mis papeles, al final accedió. Incluso descubrió que yo, sin tener propiedades, soy deudora del CRIM por $8.36. Y es que si usted presta servicios profesionales y deduce materiales en su planilla, esos materiales, entiéndase papeles, lápices, bolígrafos y demás: son tributables al CRIM. Así como lo oye. Ahora todos los años tengo que llenar la planilla del CRIM para pagar tributos por cuanta mierda uso para escribir, archivar y “printear”.

A las 10 menos cuarto salía por la puerta de aquella sala de espantos con mis papeles en mano, nuevo conocimiento sobre la propiedad mueble y exenta de los $8.36 pues el doncito entendió que como era tan poco no me lo cobraría.

Antes de irme fui a comprar los sellos para validar mis papeles. Las personas afuera le rogaban a los empleados que los atendieran, pero ya eran las 9:55 y ellos se iban en huelga en 5 minutos. La cajera me vendió los sellos mientras se repetía a sí misma: “Por más que quisiera ayudarlos no se puede, mi conciencia no me lo permite. Hoy hay huelga.”

Por mi parte, mi consciencia y yo salimos por aquella puerta a las millas dejando rastros de humo y apretujando los preciados papeles que tanto trabajo me costaron.

No era la primera decepción de la semana anyways. El martes tuve otro experiencia religiosa en Hacienda para servirte.

Hajienda pa’ selvite, vite

Fui a preguntar el estatus de mi Registro de Comerciante, el cual solicité el 20 de Mayo. Este papelito se necesita para mil cosas y llevo un mes y una semana chekiando  mi buzón a lo psyco, hasta que me cansé y fui a averiguar.



Llegué y me senté. Faltaban 12 turnos para mi número. Enseguida mis antenas periodísticas descifraron la conversación de mis compañeros de fila que se desahogaban en grupo sobre los jefes, compañeros de trabajo y un poquito de todo. Entre ellos la más vocal era una Doña vestida de blusa amarilla que, por supuesto, combinaba con el moño, los zapatos y las uñas.

Doña: “Yo se lo dije, yo fui a su oficina y le dije, tu no eres Dioj. Mira la cámara y piensa que tu fuiste el que empezaste so pendejo”
Tipo: “Es que uno tiene que ser así porque sino te pasan po' encima”
Doña: “Chacho es que ese tipo es un cabrón que se cree que puede venir a joder conmigo.”
Muchacha: “¿Oye y que pasó con Víctor?”
Tipo: “Es que Víctor era vago y se dejaba vel peldiendo el tiempo, vite”
Muchacha: “¿Y aún así siguía?”
Tipo: “Aja, hay que tener cuidao’ con eso”
Muchacha: “Yo tú empiezo a orar. Eso yo hago, yo tenía un problema con un chamaco que yo le caía mal, no sé por qué. Empecé a orar y de la noche a la mañana al tipo se le quitó. No te creas, Jesús oye. Ay esa mierda de pito de los números me tiene mala, yo le pegaría un tiro”
Doña: “Mira papi te toca”
Tipo: “¿Dónde carajo es?”

Mientras me mantuve boquiabierta con el quehacer y el quehablar de mis vecinos, llegó mi turno. Me paré frente a una chica de cejas tatuadas que 'textiaba'. “Buenas tardes”, dije. “Quería saber el estatus de mi Registro de Comerciante que no ha llegado”, añadí, aún sin conseguir la atención de mi encargada.

“Yo llamé ayer a 7 números distintos y al final me dijeron que debía venir porque por teléfono no me iban a atender”, continué, consiguiendo atención de la vecina empleada que le dijo a la textiadora que apretara unas teclas para verificar mi caso. “Es que su dirección no existe”, respondió la chica de las cejas. “¿Perdón?”, murmuré perpleja pues a esa dirección me llega hasta la planilla. “Que como el sistema no reconoce la dirección no se hizo el certificado. Hay que volverlo a pedir y esperar 30 días más”.

Quedé en silencio, se me apretó la garganta. No podía entender porqué en un mes de yo haber estado llamando nadie me pudo haber dicho eso para enmendar el issue desde el principio. Sin ese papelito se me trancan muchas cosas.

La chica se paró y buscó a otra que a su vez buscó a otra. De repente, habían 4 empleadas frente a mi, y mi encargada continuaba textiando.

Empleada 1: “Nena te compraste un 'aifon'”
Empleada 2 (de las cejas tatuadas): “Chica sí pero no lo sé usar.”
Empleada 1: “Tienes que comprarle la tarjeta de Itunes para que lo puedas usar bien”
Empleada 2: “Si porque estoy en crisis, no puedo hacer nada”

“Podría trabajar”, pensé. Por 5 minutos presencié aquella conversación de App store, música y crisis por no poder acceder bien al Internet desde un Iphone  a las tres de la tarde en un counter de servicio al cliente en una oficina gubernamental. Miré a todos lados para ver si alguien estaba viendo aquella escena igual que yo. Nadie pareció inmutarse.

Se me comenzaron a aguar los ojos y me sentí impotente. Mi compañía estaba en manos de un puñado de mujeres en crisis por un teléfono. Llené la requisición de la copia de mi registro. “Nosotros te llamamos cuando llegue para que lo busques”, dijo una. “Yeah, right”, me dije y salí de allí.

El piso se me fue abajo, una que otra lágrima se me salió. ?Porqué carajo hacer el bien es tan fucking difícil? Y eso, que mi compañía se centra en la educación y el arte. Ahora, si fuera a comprar un arma no serían tan complicado.

Al cruzar la calle, hundida en mis pensamientos y a punto de darme por vencida, alguien me dio un flyer de promoción. “Tripletas Mi sueño ”, leía. Y más abajo añadía: “La espera valió la pena”.

Me sequé las lágrimas y tomé aquella hoja que anunciaba sanguiches grasientos como una señal divina.

Al carajo las dudas, al final la espera valdrá la pena. Enfoc@rte, Inc. será la tripleta de las corporaciones, y punto.

Pues si, ha sido una semana dura…

domingo, 24 de junio de 2012

El wikén de las 3 P



Este fue el wikén de las 3 P: Playa, Piscina y Pelas. Y es que se celebró en Boricualand la noche de San Juan el sábado pasado y justo el domingo perdimos la medalla de oro en el Centrobasket ante nuestra hermana república en una pela light.

La noche de San Juan, celebrada todos los 23 de Junio, atrajo cuanto averiguao’ hubo a las playas de Puerto Rico. Y es que es costumbre dar 12 brincos pa’ tras de espalda en la playa a media noche para la buena suerte. Dicen las historias que como es el día de San Juan Bautista, a las 12 las aguas están bendecidas. Así que hay que aprovechar que el universo conspiró en un despojo colectivo de chiripa.

Peeeeero, como todo en Borinquen bella, ésta tradición también se ha convertido en una excusa para la bayoya, el reperpero y el "drunk until your unconscious type of people". Y es que no sólo se busca buena suerte, sino buena fiesta a lo baile, botella y baraja.

El saldo de la noche del sábado fue una muerte y dos heridos, not bad. Como están las cosas yo esperaba más. Lo que sí fue sorpresa para muchos fue el desbarajuste de basura a lo loco en las playas, sobre todo en Ocean Park e Isla Verde. Susan Soltero y Camila Fibelman deben haber sufrido de tres ataques al corazón, un derrame cerebral y una subida de presión cuando vieron las fotos del cochinero nasty que dejaron los sedientos.

Al parecer San Juan Bautista olvidó añadirle un poco de conciencia  a la suertecita de los que brincaron pa’ tras. Maybe, el año próximo deben poner zafacones hasta dentro del agua para que cuando brinquen, dos o tres de esos cochinos caigan encestao’s también.

Me pregunto dónde quedaron todas esas conferencias que daban en la escuela que si las tortugas se mueren con el plástico y que si los pescaitos se comen la basura. Osea, ¡¿nadie vió Finding Nemo?! ¿O es que se las pasaron por la estrechés de su trasero?

Y puede ser cierto que éste no fue el caso en todas las playas del país, pero el hecho de que pasara en una sola deja mucho que decir de dónde estamos como país. Si basura gobierna, basura reina… y los pescaitos que se jodan.

Anyways,  el caso es que evitando el vacilón desmesurado de las playas y un poco para despojarse también del calor, muchos decidieron pasarla en sus casitas y en sus piscinas tranqui, sin mucho revulú.

Tal fue el caso de algunos residenciales públicos, según publicó la genial página WTF Puerto Rico, que se dedica a documentar las incidencias de Macondo’s County. 

Una “urbanización pública”, “caserío” o “jardín residencial” está destinada, según la ley que las creó, a ser un recurso de vivienda destinado a familias de bajos ingresos para que todo puertorriqueño tuviera un hogar seguro.

A mi me gustaría saber, cómo es posible que una familia de bajos ingresos pueda costear el tener un Plaza Acuática en las áreas verdes del caserío. Porqué ni a mi me da para pagar una piscinita pendeja para poner en mi balcón y mojar aunque sea los pies.

Algunos cibernautas insinuaron dinero sucio, otros comentaron agresivamente que los dejen en paz, “que esa pobre gente viva como quiera”. En la misma guerra de comentarios tras la publicación de la foto, otros indignados mencionaron (con toda su razón) que estas personas viven en esos apartamentos del gobierno con subsidios de renta, agua y luz. Además, muchos reciben WIC, seguro por desempleo, la tarjeta de la Familia y mil ayudas más.

Pues, no hay misterio señores. Ellos tienen un Watel Palk porque no tienen que pagar mucho más. Y nosotros que nos muramos de la envidia porque tenemos que trabajar para pagar casa, carro, agua, luz, compra, estudios y si nos sobra algo les aseguro que no es para comprar ni una chorrera ni una piscina.

Mientras tanto en Hato Rey’s Financial Distric, yours truely se puso a ver el juego de Dominicana vs Puerto Rico. Y aunque mi futuro esposo es de la hermana república, como toda una boricua, el corazón se me hincha para estas cosas y me pegué a la "televichon" pa’ vel el juego.

Linda que me veía yo gritando “Foooooul”, “¡Me caguenlamadre falló!”, “Dale Barea, juaaaaaaa! Eso ehhhhh!”. Como si supiera algo yo de baloncesto. Después de mi despliegue de patriotismo y galillo, perdimos el oro ante la isla vecina. Decía el locutor que “Dominicana lo quiso más y jugó por el oro”. Bueno, ellos sabrán pero el orgullo igual se hiere, como cuando perdió Cotto ante el "Meyguedel" ese con cara de mafioso. Aunque uno no sepa na’ de boxeo ni de basket, si participa la patria hay que irle a ella hasta “jon”.

En fin, este wikén de las 3 P me dejó con un mal sabor a Puercos, Pobres y Perdeera. O más bien a lo "P"uñeta perdimos, que hijos de "P"uta estos lechones y "P"endejos nosotros que pagamos los taxes y no tenemos un watel palk. 

Pero, ¿qué puede hacer uno?

Me decía hoy mi sabio padre que “en Puerto Rico deben pasar una de dos cosas, o un huracán que nos parta por el medio y que le quite a la gente el apego por lo material; o que nos quiten más fondos federales a ver qué se van a hacer”.

Eso me dejó pensando. En efecto, lo que necesitamos es un verdadero jamaquión. ¿Oíste Nostradamus? Y no es para hacerle daño a nadie pero a este pueblo se le ha perdido la humildad en algún sitio sin llave y sin luz para buscarla.

 Entonces es que vienen las crisis para rehacer los países de la cenizas como un ave fénix. Lo que pasa es que Puerto Rico lleva ya más de 3 años en “crisis” y como que nah de nah, ni fu ni fa. La cosa sigue igual (o peor).

No tengo final para esta nota, es algo que me parece, seguirá en mi cabeza por un tiempo. Por el momento sólo me basta con citar: “No prentedamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo.“ – Albert Einsten. 

sábado, 23 de junio de 2012

Conciencia Extra-Terrestre


Para celebrar el hecho de que se busca declarar el 24 de Junio como el día oficial del  platillo volador, hablemos pues de la vida en el universo.


En realidad el caso es que un ufólogo (estudioso de los UFOs) decidió que por no sé que razón extraña había que celebrar el día en que se avistó un primer platillo volador ever. Ok, whatever.

De todas formas, por pura coincidencia y antes de leer ayer la noticia del ovnicientífico con la brillante idea de buscar otra excusa para celebrar, acabo de terminar un libro con un tema relacionado así que será interesante dedicarle este post.

Para muchos, la vida extra-terrestre les evoca una imagen de seres alargados, con cabezas grandes ovaladas y verdes, con ojos de mosca y pistolas de láser. Otros piensan en Chubaca y Yoda. Otros quizás en suits de licra y orejitas puntiagudas a lo Star Trek o en monstruos a lo Men in Black. Habrá quien se me vayan más allá a lo black and white con el Twilight Zone, y War of The Wolrds, el de Orson Wells, no el de Tom Cruise.


Cualquiera que sea la imagen que se les meta entre los cuajos, la realidad es que todos hemos sido expuestos a pensar que no estamos solos en el universo. Thanks Hollywood!

Algunos lo toman con pinzas, otros lo consideran cosas del diablo. Y el otro extremo se prepara para que los vengan a buscar en naves cuando el mundo se acabe. Como todos los temas, cada loco con el suyo y como quiera que se coma su soruyo.

A mi me da un poco lo mismo. Lo que si me parece egoísta es pensar que somos el único planeta civilizado en las galaxias, talk about mirarse el ombligo: Worldwide Edition.

Al menos un par de plantas locas o bacterias mutadas ha de haber en algún sitio. ¡Hello! Que aburrido sería si no fuese así. Pero relax, que tampoco me van a ver con una T-shirt the “I love Ovnis”. ¡Jamásmente lo pensaron!

El caso es que recién terminé de re-leer “Ami: el niño de las estrellas”, el libro más conocido del escritor chileno Enrrique Barrios. Yo leí este libro cuando pequeña pues mi mamá es como que fan de Ami y tanto me lo metió por ojo, nariz y boca que lo leí. Por un piquiña extraña, en estos días quise re leerlo. Después de todo mi primer tatuaje, un corazón alado, está basado en las enseñanzas de este libro. Y es que este símbolo significa “el amor elevado, libre y despegado”. Y con calma que no me faltan tres tornillos, aunque tenga la herencia no la cultivo.

Más allá de los platillos voladores que se puedan celebrar hoy, o lo que diga el ufólogo ese o whatever, este libro, que está “escrito para niños pues los adultos no entenderían de estas cosas”,  relata la historia de Pedrito, un niño de la tierra que es visitado por Ami, un niño de las estrellas.

Hasta ahí la cuestión es bastante simple, y en efecto un cuento para niños. Lo que hace el libro una bofetada a cualquier adulto son las enseñanzas que en él se relatan pues resulta que nuestro mundo es uno incivilizado al que le falta amor para evolucionar. Dice Ami que “el amor es una fuerza, una vibración, una energía. Si el nivel de amor de un mundo es bajo, hay infelicidad colectiva, odio, violencia, división, guerras y… con un nivel peligrosamente alto de capacidad destructiva.” Sounds familiar?

Y antes de que me puedan hacer una mueca de “What The Fuck is Wrong With You?”, piénsenlo.

Vivimos en un planeta lleno de intolerancia, donde se le cortan los clítoris a las mujeres para que no sientan placer, donde se roban a los niños para enseñarle a matar, donde se es capaz de morir explotado en pedazos por un dios, donde los niños son sodomizados en las iglesias, donde se vale probar armas nucleares con gente de verdad, donde la guerra es un pretexto para el dinero y no para la paz. Habitamos un globo azul y verde donde no se ven divisiones desde lo alto, sin embargo levantamos barreras y murallas pendejas por etnofobias y no sé que otra estupidez. En nuestro mundo se mueren personas cada minuto de hambre, mientras otros festejan con champán y fresas un nuevo centro comercial. En nuestro planeta vale más un dólar que un beso. Si eso no es falta de amor, ¿qué es?

Pero según Ami, no es nuestra culpa. “No son las personas las malas, sino los viejos sistemas que usan para organizarse. La gente ha evolucionado, los sistemas han quedado atrasados. Malos sistemas hacen sufrir a las personas, las van volviendo infelices, y al final las llevan a cometer errores. Pero un buen sistema de organización mundial es capaz de transformar a los malos en buenos.” Tell that to our goverments, pffft.


Mi punto es que si tiene que venir un niño de las estrellas a decirnos que estamos fucked up, so be it. Tiene toda la razón.

Sea cual sea nuestro destino, queramos celebrar hoy platillos voladores, ovnis, monstruos o lo que sea, más allá de los debates pendejos de la vida inteligente en otros planetas, pensemos primero qué tan inteligentes somos realmente nosotros.

¿Cuál es el miedo con el fin del mundo de los mayas si cada vez que empezamos una guerra estamos cucando el fin del mundo nosotros mismos?

Anyways, si logramos sobrevivir las estupideces nucleares, producto de los problemas de ego en los gobiernos, si de verdad logramos superar nuestro mundo de prisa, dinero, trabajo y ciencia en el que vivimos, tomemos al menos un consejo de nuestro amigo Ami: “Procura poner atención a todo lo que la vida te brinda… La maravilla se encuentra a cada instante… intenta salir, percibir, en lugar de pensar. El sentido profundo de la vida se encuentra más allá del pensamiento”


*Si alguien, con su niño interior en full power, desea echarle un vistazo al libro completo de Ami (and everyone should) aquí está el PDF para lectura gratuita. Para verlo oprime aquí. Enjoy!



viernes, 22 de junio de 2012

Atención para las criaturas llamadas niños


El que me conoce sabe que soy un poco Grinch para los niños de otros. Estoy segura que no tendré problemas con los míos propios pues mi retortijón no es con el hecho de que sean niños es con el hecho de que me tengo que chupar lo mal criados que están pues los padres viven en la nube de valencia.

Hace unos meses estaba yo en un establecimiento de helados haciendo la fila muy tranquila salibando por la delicia que estaba por pedir. Entonces llegó una familia con dos monstruosidades de criaturas. Enseguida, el padre se sentó en una esquina del local a bregar con su teléfono y la madre se paró detrás de mi, muy entacá y con el celular en mano también. La niña, que no podía tener más de 3 años corría desenfrenada por el local, y el varón de unos 7 años se trepaba por las sillas ante los ojos ignorantes de los padres. La niña jugó con el zafacón, el niño se tiró por el piso y ambos corrieron dentro y fuera del local con gritos ultrasónicos que solo los perros podían ya identificar. Y a todo esto, la madre, si expresó un “no, eso no” con voz nasal y por compromiso, fue mucho. Pero, al esto ser un establecimiento de helados, pecadora yo que me atreví a entrar a mi propio riesgo.

Lo que sí nunca voy a poder entender son los padres que llevan a bebes recién nacidos o niños muy chiquilines a películas de legiones, demonios y sangre. Las tripas se me revuelcan cada vez que empiezan uno de esos carajitos a llorar a mitad de película. Y los padres a sabiendas de que mucha gente encojoná viendo películas de asesinatos podrían tomar ideas y represalias.

Y qué me dicen de los que entienden pertinente llevar a sus niños a restaurantes de comida gourmet. ¿Qué carajo se va a comer un niño de 6 años en el restaurante francés la Boulangerie? ¡Y como joden en el proceso sin tocar la fucking comida! Siempre que me pasa esto tengo un flash back de una escena de Sex and the City y me siento Samantha, hasta Miranda!

Pero la mayoría están ahora sedados por los aparatos electrónicos, fantasías y matanzas disfrazadas de juegos. ¿Cómo es posible que un menor tenga permiso para jugar game boy, o como sea que se llamen ahora, con el tema de la mafia, donde el fin del juego es quién vende más drogas y matan a más gente en el proceso?

¿De qué coño se queja entonces la sociedad, ‘que si tantos jóvenes cometiendo crímenes’ que si ocho cuartos? Pues si los aparatitos esos los están entrenando ya para ser guerrilleros en nuestras calles. Cuando agarran un arma de verdad en sus manos han sabido usarla virtualmente através de un palito controlador.

Hace poco una estudiante mía estaba haciendo un trabajo fotográfico de un tema parecido con sus hermanitos y quiso retratarles corriendo bicicleta y trepando árboles. Nunca imaginó que fuese tan difícil pues ninguno de los dos sabía correr bicicleta. Ehhh…. ¿En serio?

Su madre le decía a mi estudiante que como la calle estaba tan mala ella prefería mantener a los niños jugando adentro. ¿Y que habrá pasado con los libros de colorear, libretas en blanco para escribir historias y bloques en madera para construir castillos?

¿Será que le están dejando la crianza de los niños a las cajitas aparáticas estas? ¿Será que a algunos padres les faltan ganas de envolverse, de preguntar, de intervenir?

Tuve un estudiante de 11 años hace tiempo en un taller de teatro que dí que me llegaba medicado porque supuestamente padecía de ADD, o déficit de atención. El niño se me escondía debajo de las sillas, me decía que escuchaba voces, me llegaba sucio y despeinado. Definitivamente tenía falta de atención, pero no era su culpa. ¡Hello!

Déficit significa carencia. Si un niño tiene “Déficit de atención”, no necesita una pastilla, necesita de aquello de lo que carece: atención y nada más. Siemple y sencillo mi querido Watson. No obstante mi abuela diría que lo que le hace falta es un buen chancletazo, pero yo recurriría a la violencia boricua como última opción.

Se está criando a una generación de niños con conocimientos e inteligencia para la tecnología que ninguno de nosotros tuvimos cuando nos criamos con canicas, bicicletas, juegos con mangueras, con fango y Jengas. No podemos menospreciar ese hecho, son mucho más inteligentes de lo que se les da el crédito y si no se les brinda esa atención que necesitan continuarán gritando, golpeando puertas, jugando con zafacones y trepando sillas mientras los padres chequean su Facebook o leen el periódico. Y los desafortunados que les toque estar cerca, que se jodan.

Peor aún, como copian todo lo que ven, tendremos más niñas pariendo niñas, más niños probando el alcohol y fumando marihuana antes de saber guiar, más pre adolescentes jugando a ser mujer, pareja, amante. Porque eso es lo que ven en las casas, en las novelas, en los juegos de video. Y qué podemos esperar cuando una mai’ en medio rolos y medio dubi, con las licras 3 sizes más pequeños, la camisa revelando los chichos y enchancletá anda hablando por celular con su niño de la mano y su conversación empieza: “dile a la pendeja esa que me hable de frente porque esa cabrona sabe que él fue mío primero. Y que me diga lo contrario para que vea como le meto las manos”. (True Story, yo lo presencié afuera de una farmacia)

Pero como dentro de toda tragedia tiene que haber una epifanía, dentro de mi estado grinchístico normal, ayer tuve uno de esos momento en los que al grinch se le ablanda el corazón. Salí de mi apartamento y me encontré con que los niños del lugar habían estado jugando en la calle frente al edificio con tizas, escribiendo, dibujando y jugando equis cerito en el pavimento. 



Tuve un flash back, yo también me empolvé de tiza y me embarré de brea dibujando en la calle. Una noche en que un grupo de niños decidió no estar pegados a los controles y pantallas y salieron a la calle a pintar. That has to count for something.

Y entonces tuve fe, esperanza de que no todos los niños que están creciendo son criaturas de las calderas más remotas y que es posible que aun no esté todo perdido, si es que los padres aprenden a prestarles atención.

miércoles, 20 de junio de 2012

Bienvenidos a la Loiza Boulevard en Condado Downtown


En esta entrada seré breve pues realmente tengo pocas palabras para este tema pues me ha robado el sarcásmo de los labios. Y es que esta noticia es por sí sola una inexplicable hipérbole, distintiva de nuestro Macondo querido.

Para la mayoría, al doblar a la derecha en la esquina del Supermax de Condado se llega a la Calle Loíza. De otro modo se entraría desde Isla Verde, si es que se logra transitar con éxito un vehículo de motor, que no sea una Hummer, por los cráteres, joyancas y chichones presentes en ésta, una de nuestra joyas turísticas.

De cualquier modo, la calle Loíza es una pintoresca carretera donde hay tiendillas, sitios de comida rápida y una que otra cosa interesante.  Más allá de la sopa criminal boyante que hay en todos los recovecos de Borinquen bella, en la Calle Loíza también abundan los chinchorros, las tiendas de peluca y extensiones y los locales cerrados. De la misma forma, es sin dudar, una extensión de Santurce que también alberga gran parte de los migrantes de la hermana república.

Pero stand by, porque esto no es lo que el alcalde capitalino Jorge Santini tiene en mente para esta callecita. Noooo my darlings. La calle Loíza, que para muchos de nosotros es la calle de Bebo’s, del Walgreens y del caserío, pronto será la Loíza Boulevard en Condado Downtown, según se desprendió de la prensa local hoy.

Esta transformación, convenientemente anunciada en año electoral, implica pues una reestructuración estética de los pintorescos edificios y el soterrar todo el alambrado. Me pregunto si esto incluirá también un monumento al todopoderoso narco dios, Junior Cápsula, en el lugar donde fue arrestado en esa misma vía.


Aunque cualquier cambio, “que para bien sea”, como dice mi abuelita, cuando leí ésta noticia me tuve que detener y re leerla porque aún incrédula me faltaba la seriedad para tomarlo como verdad.

No bastaba con la loca de Guayama que le puso a su municipio, conocido como la ciudad bruja: “The Witch City”. Ni que el sacro santo municipio de Guaynabo tenga el Guaynabo City Police. Ahora me tengo que chupar que la Calle Loíza será el Loíza Boulevard en el Condado Downton. (suspiro) Ay mi Islita, “guat japen tu yu?”
Me tomó un segundo asimilarlo porque al principio se 
leía más como algo que se tiraría Evelyn Vázquez con sus proyectos de ley de tesoros hundidos para aliviar la crisis y los panties para la cárcel de mujeres.

Pero luego me sentí ilusa pues Santini, con su tarjetita de navidad, el Internet gratis para el caserío más caliente de San Juan, su Centro Ecuestre de 8 millones de dólares para correr caballo y su delfinario en el Escambrón para ayudar dis que a los niños autistas, no se queda muy atrás.

¿Será éste el comienzo de algo? ¿Tendremos pronto un Río Piedras Village, un Hato Rey’s Financial District y los Suburbs de Cupey?

            Oh, pero e’ que eto e’ una vaina bien bacana, que e’te tigre de Santini si que si. Mira di que un buleval, ¿tu oye? Ahora si que La Loíza se va a llenar de blanquitos, ¿tu ve? *

Definitivamente a este paso me veré pronto sentándome en el Condado Downtown a robarme el WiFi del caserío para escribir este blog con mucho amor, desde la Loíza Boulevard. No lo duden pues en Macondo todo es posible.

El acento es con amor y no discrimen, me caso con un dominicano así que estoy practicando el hablar el lenguaje de mi nuevo segundo País.

martes, 19 de junio de 2012

El síndrome del ombligo



Dicen que el puertorriqueño padece de vivir mirándose el ombligo. Pero me pregunto qué tan interesante puede ser pasarse la vida entera observando un huequito estrujao’, feo y apestoso entre medio de los chichos, perdón, de los abdominales.


El ombligo es como una parte del cuerpo que parece no tener sentido cuando ya se es adulto, sin importar que esa haya sido la entrada principal de nuestro alimento los primeros 9 meses de vida. Así somos, malagradecidos. Es que el ombligo es como un roto antiestético en el medio del abdomen, y para otros un chichoncito protuberante. Se ensucia, toma mal olor, te crea un salvavidas carnoso indeseable y no sirve para guardar nada, cual si fuera un bolsillo de verdad.

¿Entonces, para qué coño el boricua se lo mira tanto?

De acuerdo con la prestigiosa y todopoderosa enciclopedia digital Wikipedia, el ombligo es realmente una cicatriz. Es el residuo de un canto ‘e piel que se secó y se nos cayó una o dos semanas después de nacer, that’s it.

Además, se desprende de la joya intelectual wikipidense que incluso este tema del ombligo creó un tremendo “issue” con los religiosos pues no estaban seguros si Adán y Eva debían ser representados con ombligos. Si es que a ellos nadie los parió, ¿qué cordón se les secó? ¿De quién? Realmente no tienen ninguna razón y/o derecho de poseer este hueco arrugado. That’s the rule: if you didn’t grow in a womb, there aint no crack in yo' belly.

Este ceñido huequillo también ha sido punto de debate en el tema del tabú y la sensualidad, específicamente como estímulo visual erótico. Al parecer, todo lo que parezca un roto es un tabú excitante en nuestra cultura anyways.

Pero es que esa no puede ser la razón por la que los boricuas nos pasamos mirándonos el ombligo. Quiero decir, este país tiene una gran tasa de obesidad y hay quienes padecen de una falta de cuidado físico. Entonces, sin ánimo de ofender, ¿alguien se ha dado una vueltita por el Paseo de Diego o Plaza las Américas últimamente? De cada 10 personas que pasan, ¿de cuántas realmente le estimularía eróticamente verles el ombligo? I didn’t think so.

¡¿Entonces qué carajo nos miramos?! Un gringo trató de explicar en uno de esos blogs existenciales que la frase “mirarse el ombligo” era como decir que se es “self centered”, o sea egocéntrico. ¡Ahhhhh! Ahora si me hace sentido, porque mira que aquí se vive preocupado por cada pendejá como si fuera el fin del mundo.  Una isla tan chiquita y tanta gente prepotente, claro que nos piensan egocéntricos.

Pero si es que esta es la “linda isla” que buscaba Colón. O sea, somos “la hija del Mar y el Sol” ¡Hello! Lo dice nuestro himno, ¿cómo no mirarse el ombligo?, ¡si es como que… hermoso!


Ujum, nuestra Isla es, de hecho hermosa. Es nuestra patria, la tierra que nos vio nacer. Ante mis ojos, la mas chula de todas las antillas. Pero también es solo un pedacito 100 x 35 (los científicos que me vengan con el dato de que si es un pie más o menos: whatever).

Hay un mundo más allá de estas costas y es necesario explorarlo, probarlo, investigarlo, abrazarlo; para luego regresar y cuando nos miremos el ombligo veamos más que un roto emburujao’, sino que veamos lo que representa y su potencial.

Los estudios señalan que el lado más desarrollado y estudiado del cerebro es el izquierdo, pero éste solo puede concentrarse en los detalles, en el micro (como mirarse el ombligo). La otra parte del cerebro, la derecha, la menos estudiada, es la que nos permite alejar la mirada y observar el macro para buscar soluciones, ideas, epifanías. He ahí, creo, la clave para dejar de ser La Isla del Espanto y reclamar nuestro título como la Isla del Encanto.

Dijo el periodista Benjamín Torres Gotay en un escrito del El Nuevo Día hace unos días que “los miles de jóvenes que dejaron pestañas, horas de sueño y libras para obtener en estos días sus diplomas universitarios, salen a un país que no está preparado para recibirlos.” Entonces culminó con que la solución para esta generación de profesionales desempleados es irse del país; “la fuga de cerebros, pero que también es fuga de voluntades, de almas, de corazones, de anhelos y de esperanzas”.

Ojalá en esa partida forzada por las circunstancias terribles por las que atraviesa la hija del Mar y el Sol sea un levantamiento de cuello, a lo jalón de quiropráctico, que les obligue a mirarse más allá del ombligo y aprender de un mundo que ruge, llora, grita y celebra tantas otras cosas más allá de las fronteras del abdomen antillano.


Mi esperanza es que estas crisis que estamos atravesando como colectivo, como país, nos mueva a poner en función el lado derecho de la masa grasosa dentro de nuestros cráneos y que comencemos a tener epifanías para lograr un mejor Puerto Rico, a lo anuncio de servicio público.

Así sea que haya que legislar los ejercicios cerebrales esos que vienen en los juegos de video y que se encuentran en el Internet por montones, como mandatorios en la escuela. Peores proyectos de ley ha creado Evelyn Vázquez y sigue siendo senadora así que ninguna idea puede ser descartada a este punto.

De modo que cuando regresen los de la fuga, si es que deciden regresar, y reaccionen los que se quedan, si es que deciden reaccionar, nos atrevamos todos a asegurar con fuerza y convicción que hay vida más allá del roto en la panza y es nuestra para reclamarla. 

Sushi "nait" con las nenas de la “jai”


El viernes pasado quedé en un sushi “nait” con mis amigas de la escuela superior. Hace 7 años que nos graduamos de “jai skul” en Cayey y hemos mantenido contacto hasta el sol de hoy. Incluso nos vemos por lo menos 1 o 2 veces al año para estos “reencuentros” en donde solemos estar todos los del grupo de amistades, incluyendo los varones, para contarnos nuestras penas y glorias desde la última vez que nos vimos.


Cada encuentro es como una terapia, un grupo de apoyo para venteañeros en crisis existenciales. Nos escuchamos, nos “tripeamos”, nos damos consejos y muchas veces nos mandamos al carajo por la mera satisfacción de hacerlo y nada más. Trabajo, salud, dinero y amor, esos son nuestros temas, a lo Walter Mercado. Desde sueldos, divorcios, casamientos, abortos, malas noches y malas decisiones, nada está fuera de la mesa.
 
Las parejas usualmente no están permitidas en estos reencuentros de modo que cada cual se sienta en la libertad de desahogarse sin tapujos, pues quien se conoce desde la “jai”, no tiene tapujo que valga. Usualmente hasta nos sentamos en círculo y nos presentamos antes de hablar, a lo Capestrano y hogares CREA. Eso nos reafirma que no estamos solos, todos estamos bien jodíos, es asunto de escuchar quién lo está más que el otro.

El caso es que este sushi “nait” fue medio improvisado y sólo estuvimos las chicas del grupo por primera vez en la historia de nuestros reencuentros. Lo que si no es un “first” es que nuestros “gatherings” sean PG porque ya incluyen retoños menores de 5 años. Aunque en el pasado eso no nos ha detenido de darnos par de frías entre cuartos de juguetes.

¡Titiiiiiii!”, es lo primero que escuché cuando me bajé del carro, mientras observaba a una de mis amigas estacionarse en medio de dos parkings. La del grito era mi sobrina, le digo así porque es la hija de una de mis amigas más cercanas en aquellos tiempos de uniformes de cuadritos. “A gente como tú es que yo me le cago en la madre cada vez que no encuentro estacionamiento”, aproveché para decirle a mi amiga que dejo el carro encima de la línea, sin estrés. Y agarré a mi sobrina al hombro para darle un beso y quedar bruta por lo rápido que está creciendo. Cumplirá 6 años este mes.

Enseguida saludé a las chicas, y no perdí mi chance de bromear con la barrigota fecundada de una de ellas. “¿Nena, pero y qué es? ¿Tu estás tratando de repoblar la Isla? ¿O es que por cada uno que matan en Cayey, tu pares otro?”, le dije. Este es su segundo hijo, y si, lo sé, mi humor es raro. Afortunadamente, they get me.

Entonces nos dispusimos a esperar por una mesa en el restaurante de sushi donde una de las nenas conocía a la prima, del hermano, del vecino, de la abuela de alguien. Obviamente estoy exagerando pero no presté atención cuando contaban bien la cosa.

Mientras esperábamos afuera, nos comenzábamos a derretir del calor. La preñá estaba ya en la sudaera y salí a su rescate con un abanico de mano que tenía en mi cartera. En estos días de infierno no salgo a la calle sin él, así me parezca yo a doña Fela. Poco a poco, nos fuimos escurriendo a la salita de espera de adentro, aunque nos tuvimos que quedar de pié. Esto, pues dos guaynabichas con tragos ya en la mano ocuparon los asientos restantes sin tan siquiera ceder espacio a nuestra hormonal amiga.

Estas dos joyitas de personalidades conversaban campantes mientras sus maridos barajeaban a sus dos niñas, una de cada una, afuera en el calor. Mi curiosidad de periodista me tenía el oído medio parao’ y supe que una de ellas era abogada. “¡Oh my god mami pero mira que sucia y roja tu estás!”, le dijo la lawyer a su bebecita que acaba de entrar. “Duh, si está corriendo afuera como animal desquiciado mientras usted habla aquí de un caso de “malpractice” que tiene que defender la semana que viene con una cerveza fría en mano”, pensé para lo más adentro de mi ser. 

Los minutos pasaron, y las dos diablillas de las guaynabichas gritaron, jodieron, golpearon el cristal, en fin, ya no veía niñas si no dos engendros ruidosos vestidos de rosa y morado con moños chorreados, cachetes rosados y mocos saltarines. La cara de mi amiga, la preñá, era de “este es el último y no más hijos”. El resto de nosotras tuvimos un momento colectivo de miradas y un ademán de cuchillo imaginario en mano con un “Jui Jui jui”, a lo Pshyco, the movie. Y mi sobrina, feliz con un celular jugando no sé que cosa de fuegos artificiales y lucecitas. Con razón esa generación sabe más que uno, ¿que iba yo a imaginar que se podían hacer fuegos artificiales en un “frickin” teléfono?

Finalmente, antes de que me guillara de Herodes y mandara a matar a esas niñas, nos asignaron una mesa. Mi sobrina pidió Lo Mein, el resto de nosotras sushi. Pero como el pescado crudo tardó más que los fideos cocidos, las nenas grandes me le asaltaron el Lo Mein a la enana en un dos por tres. Yo no, porque yo no como nada que alguna vez tuvo pulso. Yo esperé mi sushi de vegetales y mi Miso “sup”.

Cuando llegó el enorme plato de “fushi”, como le dice mi papá, empezaron las confesiones típicas de nuestros encuentros. La primera víctima fui yo, puesto que me caso en enero y la noticia les cayó a todas con un gigante “What the Fuck?!” cuando lo vieron anunciado por Facebook el pasado mes de Marzo.

El caso es que yo me lo tenía muy callado y en nuestro último reencuentro en diciembre rompí el código de las reuniones al omitir que tenía pareja. No quise decir nada hasta estar segura que la cosa era seria. Tan seria que me comprometí sin que ellas supieran que estaba saliendo con alguien.

“Es que yo todavía estoy en shock”, decía una. “Tú, la incasable”, decía otra. Bueno, pues las puse al tanto con mi historia de amor mientras algunas, nuevas al mundo de los rollos de pescado crudo, se peleaban por hacer malabares con los palitos. 

Por lo demás, los cuentos de los rencuentros son Top Secret, y si no te graduaste de MMM en Cayey en el 2005, ni “jangiabas” en la glorieta, ni usabas converse pa’ la escuela, nunca podrás escucharlos completos. 

De mi boda pasamos al cuento de un divorcio. De divorcio a la historia de una relación que no es relación. Del novio al que le llaman amigo, pasamos a una reconciliación y de ahí a la futura madre con su dilema de qué nombre ponerle a su nuevo bebé. Entre las opciones, una en particular tenía son de reguetonero y a todas nos tomó tiempo asimilar la idea. “¡150 mil copias vendidas mami!, ¿te imaginas?”, dije yo en voz infantil. Again, mi humor es extraño, pero espero que funcione para que descarten la idea de llamar al bebé Rawel.

En otros temas, una de las nenas está a punto de ser sicóloga clínica. Y mientras se trataban de empujar los últimos sushi y encima ordenábamos un mantecado frito, nos divertimos un rato con los cuentos de los pacientes. El caso es que la pobre está “jalta de odio” con los loquitos .“Una me decía que era adoptada y que su verdadera familia era de dinero”, contaba ella mientras dibujaba en una servilleta. Pronto pensé que tal vez todos nosotros coqueteamos en algún momento con la idea de ser de otra familia, de la realeza quizás. Y a la vez, especulé que la pobre de mi amiga ya hasta dibuja mientras habla y me pregunté si eso se le había pegado de alguno de sus loquitos.

Terminamos de comer (lechonear) y sobró sushi para llevar pues resulta que una de ellas, la de los antojos, insistió en que se pidieran dos de cada sushi. “Es que yo pensé que venía sólo un rollito, no sabía que cada uno traían 6”, se excusó.

Ya el restaurante estaba vacío, mi sobrina dormía en mi falda y la bolsa de pescado crudo “to go” estaba hecha.

Me eché a la enana al hombro y pensé que mi columna vertebral cedería en cualquier momento. Me sentí vieja pues apenas hace un año la podía cargar y jamaquear sin problema alguno.

Mientras salíamos a nuestros carros tuve un flashback de los viejos tiempos. De nuestros cabellos desgreñados y camaleónicos, de nuestros chalecos color chocolate y nuestras faldas cuadriculadas con pliegues. De nuestra rebeldía, de los mil piercing, de los tatuajes, de la música rock que nos acercó como amigos. De las horas libres en la glorieta, de las maestras locas con el pelo violeta, de las peleas y malhumoradas, de los jangueos. De los pactos, de los secretos, de los chismes, de las escapadas.

Y siete años después: venteañeras rodeando la peseta de vida. Hemos pasado de todo. Hemos sido la madre, la divorciada, la indecisa, la artista, la loca, la doctora, la infiel, la enamorá’, la estofona, la novia, la hija, la preñá, y hasta la incasable con fecha de boda. Todas hoy lo que nunca pensamos ser ayer.

Logré tirar a la enana en el carro de su madre sin fracturarme la espina dorsal. Me despedí de ellas y pedí otro encuentro pronto mientras le pasaba por el lado al carro “cojonú” de mi amiga que ocupaba dos “palkins” y abordé mi nave. Mientras manejaba para mi casa no pude evitar pensar que realmente seguimos siendo las mismas nenas de la “jai”, lo que pasa es que con el tiempo, con los años, nuestras preocupaciones han cambiado. 

sushi nait con las nenas de la jai
Junio 2012